Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Este subsidio pretende ser una ayuda para todos los fieles, especialmente las familias, presuponiendo que también tomarán parte, a través de los diferentes medios, en la transmisión de las celebraciones; de este modo se busca que los fieles puedan reunirse en familia para orar juntos, a propósito principalmente de lo que la Palabra de Dios presenta : “La carne del Señor es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida; este es el verdadero bien que se nos da en la vida presente, alimentarse de su carne y beber su sangre, no solo en la Eucaristía sino también en la lectura de la Sagrada Escritura. En efecto, lo que se obtiene del conocimiento de las Escrituras es verdadera comida y verdadera bebida” (San Jerónimo). Por esta razón, será tan importante que todos los fieles, mejor si es en familia, puedan escuchar toda la Palabra de Dios prevista para este día, a través de las transmisiones, así como la homilía que el sacerdote celebrante haga a propósito de ella.

La Ascensión del Señor

Celebrar la Ascensión del Señor implica un compromiso con la historia humana, correr cuesta arriba, testimoniando los valores y principios más altos, que dignifican y enaltecen. Significa navegar contra la corriente, que siempre se desplaza hacia abajo y arrastra lo que encuentra a su paso. Celebrar la Ascensión es anunciar, sin vacilaciones, que todo esto es posible, porque Jesús se ha comprometido con nosotros, con y a pesar de nuestra pe­queñez.  Nos toca, por tanto, comprometernos con él.Celebrar la Ascensión del Señor implica un compromiso con la historia humana, correr cuesta arriba, testimoniando los valores y principios más altos, que dignifican y enaltecen. Significa navegar contra la corriente, que siempre se desplaza hacia abajo y arrastra lo que encuentra a su paso. Celebrar la Ascensión es anunciar, sin vacilaciones, que todo esto es posible, porque Jesús se ha comprometido con nosotros, con y a pesar de nuestra pe­queñez.  Nos toca, por tanto, comprometernos con él.