Oración a María en la Anunciación del Señor

La Anunciación del Señor: el 'Sí' que cambió la historia de la humanidad

“Sea bendita, oh María, aquel bienaventurado momento en el que de tu carne vestiste al Hijo de Dios…”
Una humilde oración para recordar el anuncio del ángel Gabriel y el sí de María:
Sea bendito, oh María, aquel saludo celeste que dio al anunciarte el ángel de Dios. Ave María…
Sea bendita, oh María, aquella gracia sublime de la que plena te predicó el ángel de Dios. Ave María…
Sea bendito, oh María, aquel anuncio feliz que desde el cielo te trajo el ángel de Dios. Ave María…
Sea bendita, oh María, aquella profunda humildad, con la que te declaraste Esclava de Dios. Ave María…
Sea bendita, oh María, aquella perfecta resignación con la que te subyugaste a la voluntad de Dios. Ave María…
Sea bendita, oh María, aquella angélica pureza con que recibiste en tu vientre al Verbo de Dios. Ave María…
Sea bendito, oh María, aquel bienaventurado momento en el que de tu carne vestiste al Hijo de Dios. Ave María…
Sea bendito, oh María, aquel afortunado momento en el que te convertiste en madre del Hijo de Dios. Ave María…
Sea bendito, oh María, aquel afortunado momento, en que comenzó la humana salud con la Encarnación del Hijo de Dios. Ave María…

19 Marzo Consagración a San José

En torno a la solemnidad de san José, celebrando este Año Jubilar por el 150º aniversario de su declaración como Patrono de la Iglesia Católica, hacemos nuestras las palabras de Santa Teresa de Jesús: 

«Tomé por abogado y protector al glorioso san José, y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me sacó con más bien de lo que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios». 

Animados por esta confianza, acudimos para suplicar su poderosa intercesión y para confiar nuestras personas, nuestro ministerio y a todos los que el Padre Celestial nos ha confiado bajo su paternal solicitud. En él vemos al hombre justo que Dios quiso poner al frente de su casa. Como Jesús, queremos aprender de su ejemplo fuerte y paterno, queremos hacer nuestras sus virtudes: la piedad varonil, la fidelidad a la palabra dada, la integridad y el trabajo duro, la autoridad puesta al servicio del amor, sin búsqueda de dominio.

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Patris Corde

CARTA APOSTÓLICA
PATRIS CORDE
DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON MOTIVO DEL 150.° ANIVERSARIO
DE LA DECLARACIÓN DE SAN JOSÉ
COMO PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL


Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro Evangelios «el hijo de
José»[1]. Los dos evangelistas que evidenciaron su figura, Mateo y Lucas, refieren poco, pero lo suficiente para entender qué tipo de padre fuese y la misión que la Providencia le confió.
Sabemos que fue un humilde carpintero (cf. Mt 13,55), desposado con María (cf. Mt 1,18; Lc 1,27); un «hombre justo» (Mt 1,19), siempre dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su ley (cf. Lc 2,22.27.39) y a través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22).

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

11 de febrero de 2021

“Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8).

La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo.

Queridos hermanos y hermanas:

La celebración de la XXIX Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2021, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia.

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Día de la Candelaria en casa

La fiesta de la Candelaria tiene su origen en el pasaje de la presentación del niño Jesús al templo contenido en la Biblia.

Se llama a los feligreses a colocar la imagen del niño Dios con sus ropas del Día de la Candelaria y tener lista una vela o veladora para rezar.

A continuación las oraciones completas para que puedas vivir el día de la Candelaria en casa:

Domingo de la Palabra de Dios.

Queridos Hermanos, les dejamos este ritual para que este domingo 24 de enero 2021 puedan hacer la Entronización de la Palabra en Familia.

Cuando sea posible, el ritual puede empezar afuera de la puerta principal de la casa o afuera de la entrada principal de la habitación. Un miembro de la familia sostiene la Biblia, ligeramente levantada. El padre, la madre u otra persona empieza la celebración con la letanía de apertura:

Presidente:

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aclamemos al Señor Jesucristo, Palabra viva y eterna del Padre Respondiendo: Habla, Señor, que tu siervo te escucha

V. Jesucristo, Señor nuestro, tú eres la Palabra del Padre.                              

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Te convertiste en uno con nosotros para hablarnos del amor del Padre.   

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Eres la luz que brilla en la oscuridad.                                                                     

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Nos salvas del temor y rompes las ataduras del pecado y de la muerte.     

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Tú vienes a guiar nuestros pasos y nos conduces a Dios.                                 

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Tú eres la Palabra de vida eterna.                                                                            

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Tú nos llenas con el Espíritu Santo.                                                                         

R. Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Cuando todos entran a la casa o habitación, pueden cantar un canto apropiado. Luego se lee en la Biblia uno de los siguientes pasajes de la Escritura:

Mateo 4, 1-4; Marcos 4, 3-20; Lucas 5, 1-3; Juan 1, 14

Jesús llama y cura con el poder de su Palabra. La Palabra es como la semilla.
Jesús proclama la Palabra en Nazaret.
Jesús es la Palabra de Dios y la luz del mundo.

Después de la lectura, el líder coloca la Biblia en el lugar preparado para ella. Todos se inclinan profundamente ante la Biblia entronizada.

Presidente:

Hemos escuchado tus palabras, Jesús. Ellas nos dan alegría y traen luz y verdad a nuestras vidas. Tu presencia nos da paz en nuestro mundo atribulado y dividido. Que tu Palabra cree en nuestros corazones un profundo deseo de ti. Que estés con nosotros en nuestros corazones y hogares, en nuestra comunidad y país. Danos tu Espíritu Santo para ayudarnos a comprender tu Palabra y a sentir necesidad de ella.


Entronizamos ahora esta Santa Biblia en nuestro hogar para que ella ilumine la vida de nuestra familia, la guíe, la sane, la consuele y la fortalezca. Haz Señor de tu Palabra el centro de nuestras vidas. Que tu Palabra inspire todo lo que pensamos, decimos y hacemos para que sea nuestra alegría. Ayúdanos a vivirla, testimoniarla y alcanzar tu perdón y aprender a perdonarnos unos a otros. Que tu Palabra nos enlace en unidad unos con otros y contigo, hoy y siempre. Respuesta: Amén.

Todos se unen para rezar la Oración del Señor: Padre nuestro… Todos repiten después del que preside:

Prometemos respetar la Palabra de Dios entre nosotros, Leeremos y reflexionaremos sobre ella como una familia que abre sus puertas a Dios. Que encontremos en ella inspiración para nuestras decisiones, fortaleza para nuestro trabajo, y consuelo en el sufrimiento. Jesús, ayúdanos a ser fieles a nuestra promesa, tú que vives eternamente. Amén.

Santa María, madre nuestra, ayúdanos a decirle al Señor como tú: “Hágase en mí según tu Palabra”. Se reza un Ave María.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

La celebración concluye con una señal de la paz.